Nuestro sistema inmunitario está diseñado para protegernos de las enfermedades y de las infecciones. Para que este sistema inmunitario funcione correctamente, necesita estar equilibrado y en armonía, por lo que debemos tener en cuenta los nutrientes que ingerimos a través de nuestra alimentación, ya que pueden ejercer gran influencia en él.
La Vitamina C es uno de los principales nutrientes durante los meses de invierno y primavera, especialmente cuando tenemos épocas de resfriados y gripes. Ya que gracias a la vitamina C nuestro cuerpo tendrá mayor resistencia y leucocitos disminuyendo así la probabilidad de coger catarros y resfriados. Además, la Vitamina C es un antioxidante altamente efectivo que protege las células de nuestro cuerpo contra especies reactivas de oxígeno.
Entonces, ¿deberíamos recargarnos de vitamina C para protegernos de los virus invernales? Pues lo cierto es que, la vitamina C que contienen las naranjas o clementinas, no evitará que cojas un resfriado común pero sí influirá en la duración y gravedad del catarro.
Si eres una persona, que continuamente ingiere grandes cantidades de vitamina C, tu sistema inmune estará más preparado y la enfermedad no se agravará en mayor medida. De ser al contrario, la gripe podrá prolongarse e incluso se agravarán los síntomas.
Es decir, que la vitamina C ayudará al sistema inmunitario y se convierte en un suplemento esencial para los meses de invierno y primera, sobre todo durante periodos gripales.
En el caso de las personas de cierta edad, es un complemento alimenticio principal en su dieta para protegerse y prevenir importantes catarros