Si tuviéramos que asociar una fruta a la estación invernal, sin prácticamente duda alguna, la mayoría de nosotros pensaríamos en la naranja.
Las naranjas son los frutos procedentes del naranjo dulce del género Citrus.
Es una fruta que, a parte de gozar de su mayor esplendor en cuanto a sabor y calidad del fruto en esta época del año, se vincula con la posible mejora de estados catarrales, aunque no existen estudios científicos que corroboren este hecho.
Lo que sí se ha observado durante años en diversos estudios, es que parece ser que los resfriados comunes duran menos en grupos de población que consumen suplementos de vitamina C, así como deportistas de alto nivel que realizan sus entrenamientos en ambientes fríos.
Valoración nutricional
Es una de las frutas con menor contenido calórico en su composición total, ya que posee una gran cantidad de agua. Entre los principios inmediatos a destacar, hay que mencionar sin duda alguna a la vitamina C.
La vitamina C interviene en la formación de colágeno, presente en los tejidos de dientes y huesos. También favorece la absorción de hierro a nivel intestinal.
La naranja es una fruta muy rica en fibra, por lo que es muy recomendable consumirla si existe estreñimiento, ya que es una perfecta reguladora intestinal. Al ser fibra insoluble, ayuda a controlar los picos de glucemia y también a regular la saciedad, por lo que es estupenda para tomar como media mañana o merienda también en dietas bajas en calorías.
La tan sensible vitamina C
¿Cuántas veces habremos oído la típica frase de madre ‘hija, vamos bébete el zumo rápido que se le van las vitaminas’?
Pero efectivamente, no se van ni se evaporan, pero la vitamina C es una de las más sensibles a los cambios de temperatura y oxidación.
Esto quiere decir que al oxidarse, dejaría de realizar sus funciones de manera adecuada en nuestro organismo, perdiendo así sus propiedades antioxidantes.
Sí que es cierto que la vitamina no se oxida inmediatamente al entrar en contacto con el oxígeno, pero lo ideal sería consumir el zumo recién exprimido o la fruta cortada en el acto.
Además de contener vitamina C, los cítricos son ricos en oligoelementos, son una buena fuente de potasio y calcio, contienen antioxidantes y ácido fólico.
Podría decirse que, además de elevar las defensas, los cítricos son “amigos del corazón”, porque el conjunto de sus beneficios ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Por supuesto, estos beneficios se aprovechan siempre y cuando se complementen con una vida con hábitos saludables.